A través de Ignacio Andrío, @educoaching, he conocido esta interesante noticia en el Diario Digital de El Correo de Andalucía de ohy 18 de abril de 2011. Como podéis observar criterios de marketing y gestión empresarial empiezan a vincularse directamente al sector de la educación, virgen hasta hace poco de estos criterios:
La Junta aumentará el presupuesto a los colegios que mejoren sus notas
La Consejería de Educación de Andalucía está dispuesta a incrementar la partida de gastos de funcionamiento a los colegios que se adhieran al nuevo Plan de Calidad -que entrará en vigor el curso que viene- si el rendimiento educativo de esas escuelas mejora con la puesta en marcha del programa. El borrador de la orden que regula el nuevo Programa de Calidad y Mejora de los Rendimientos Escolares, al que ha tenido acceso este periódico, incluye incentivos económicos para los colegios, además del plus individual para cada profesor que se comprometa con el proyecto. «La consejería incrementará en un 5% la cantidad asignada para gastos de funcionamiento en los centros docentes que participen en el programa y obtengan un porcentaje de cumplimiento de los objetivos educativos superior al 75%», reza el artículo 14 de la orden.
Esos objetivos educativos no son homogéneos. Cada escuela, tutelada por la consejería y por la Agencia de Evaluación Educativa, planteará unos objetivos diferentes según su punto de partida (de la realidad escolar de la que parten). Las aspiraciones de mejora no serán las mismas en un colegio con un índice de fracaso del 10% que en otro donde cuatro de cada diez alumnos abandona antes de terminar la ESO. El Plan de Calidad funciona a partir de una plantilla, con unos indicadores de evaluación concretos: las notas de los alumnos, el porcentaje de promoción, el grado de conflictividad… A cada indicador se le asigna un porcentaje de entrada (punto de partida) y otro de salida (objetivos), por ejemplo: un absentismo del 45% deberá reducirse un 10% cada curso durante cuatro años. Cada indicador tendrá un peso distinto, y será la Agencia de Evaluación la que decida cuál es el indicador prioritario para cada escuela. En algunos colegios será prioritario mejorar la convivencia entre alumnos, y en otros, elevar el número de estudiantes que pasan de curso. Al final del año, se elabora un informe de cada colegio y si globalmente la escuela ha logrado el 75% de lo que se había planteado al empezar el año, recibirá un 5% más de presupuesto para el curso siguiente. El informe tendrá en cuenta el resultado de la prueba de diagnóstico y la prueba ESCALA, un nuevo examen interno que, a partir de mayo, medirá las aptitudes de lectura y cálculo en 2o de Primaria.
Las cantidades de los incentivos individuales para cada profesor se mantienen igual: 600 euros el primer año sólo por apuntarse; hasta 1.200 euros el segundo, y 1.800 el tercero, en función del grado de consecución de objetivos. El cuarto año, con un tope de 3.400 euros (el total siguen siendo los 7.000 euros), se calculará con una fórmula que mide el resultado final durante los cuatro años. Los profesores podrán consolidar un 60% del incentivo en su salario (hasta 4.200 euros prorrateado en 14 pagas), que ingresarán en concepto de sexenios (plus de formación).
El nuevo Plan de Calidad introduce dos cambios que se desprenden de las sentencias contrarias del TSJA, a partir de los recursos que presentaron los sindicatos Ustea y CSIF: la primera es que el plan no podrá evaluar objetivos distintos a los del currículum, porque el juez lo considera contrario a la Ley de Educación Andaluza. Y la segunda es que la decisión de participar en el programa ya no será exclusiva del claustro de profesores, sino que tendrá que consensuarse con los padres de alumnos en el seno del Consejo Escolar. Actualmente el Plan de Calidad está vigente en el 53% de los centros andaluces (1.789), aunque el porcentaje en colegios de Primaria y centros de Secundaria es desigual: en los primeros hay un seguimiento del 67,7%, mientras que en los institutos el rechazo ha sido más explícito (26,15%).
Por ahora se desconocen los indicadores de calidad del nuevo plan. La Agencia de Evaluación prepara una aplicación informática para que los centros puedan «compararse» entre sí, poder detectar posibles fallos y tratar de solucionarlos aplicando medidas que usan colegios con los mismos problemas, pero mejores resultados.